La mayoría de las veces cuando la gente me pregunta cómo hacer para mantener la motivación, mi respuesta es siempre…

“¿Para qué estás haciendo lo que estás haciendo?”.

Si no sabés para qué estás entrenando será muy difícil que te levantes a hacerlo los días en que estés cansado, en que esté lloviendo o los días cuando el correr no se siente bien.

Fijar metas (saber para qué estamos haciendo lo que estamos haciendo) es un paso muy importante para poder llegar y para mantener la motivación y la sonrisa cuando las cosas se ponen difíciles.

Si bien fijar metas es importante, aun más importante es hacerlo de manera correcta. Tan malo es no tener metas como establecerlas de la manera equivocada. Decir “quiero terminar una carrera de 5 kilómetros” es un buen comienzo, pero será mejor si lo haces usando los siguientes lineamientos:

  • a) Sé honesto contigo mismo: Es muy importante que sepas para qué estás entrenando. ¿Es realmente porque quieres terminar una carrera? ¿Porque quieres bajar de peso?, ¿Porque todos tus amigos lo están haciendo?… el ser honesto te ayudará a conseguir lo que realmente quieres. He tenido amigos que dicen estar entrenando porque quieren calificar para tal o cual carrera, pero, en realidad, lo que los motiva no es la calificación sino poder comer todo lo que quieran sin pensar en subir de peso. Esto no tiene nada de malo, pero al ser honesto estas poniéndote en un mejor lugar para lograr lo que realmente es importante para tí.
  • b) Que tu meta sea positiva: Si bien el fijar una meta es algo en sí positivo, muchas veces tendemos a utilizar ciertas palabras con connotaciones negativas que no nos ayudan. Decir “no quiero pararme durante los cinco kilómetros” es una buena idea, pero es mejor ponerlo en positivo y decir “voy a terminar corriendo”
  • c) Escribe tus metas: Dicen por ahí que las palabras se las lleva el viento y es por ello que ponemos por escrito las cosas más importantes en nuestra vida. Al escribir tus metas estarás creando un contrato contigo misma.
  • d) Comparte tus metas: Decirle a otras personas lo que quieres hacer ayuda a que el compromiso sea más profundo. Es más fácil dejar de correr cuando sólo tú sabes lo que quieres lograr pero cuando otras personas están esperando que lo hagas será más difícil que renuncies. Además, al compartir tus metas te encontrarás con que mucha gente quiere verte tener éxito y estarán ahí para apoyarte y echarte porras.
  • e) Pega tus metas donde puedas verlas: Tener un recordatorio de lo que quieres lograr en tu espejo o en tu coche (o donde sea) te ayudará a recordar lo que quieres lograr.
  • f) Ten metas a corto, mediano y largo plazo: Esto te ayudará a mantener la motivación día a día. Un ejemplo de meta a largo plazo puede ser el correr una carrera en siete semanas. Si ahora estás corriendo únicamente un kilómetro tres veces por semana, quizá una buena meta a mediano plazo será estar corriendo tres kilámetros tres veces por semana en cuatro semanas. Tu meta a corto plazo es lo que quieres lograr esta semana.
  • g) Ten metas para cada día: Antes de salir a entrenar (¡antes de irte a dormir el día anterior!) pon lo que deseas lograr en ese entrenamiento. Eso te ayudará a dar lo mejor de tí y a recordar el por qué estás corriendo.
  • h) Que tus metas sean flexibles: Recuerda que uno debe de escribir las metas con lápiz pues siempre hay imprevistos en el camino que quizá nos hagan detenernos por un tiempo o replantearlas. En el 2016 mi meta era calificar para Juegos Olímpicos en el maratón Lala (Marzo, en Torreón, México). Tuve el mejor ciclo de entrenamiento, pero el día de la carrera me dio un ataque de asma durísimo y tuvieron que sacarme en ambulancia. Si bien la meta de calificar no se logró ese día, eso no quiere decir que no se iba a lograr después. Lo único que me quedó fue encontrar otra carrera donde pudiera calificar en un clima menos difícil para mis pulmones. El año pasado estaba entrenando para competir en una carrera y me rompe el pie. Mis metas tuvieron que cambiar momentáneamente de “correr 30kms hoy” a “haré mis ejercicios de rehabilitación, comenzaré a caminar, después a trotar y cuando esté recuperada reconstruir base aeróbica”. Eso no quiere decir que la otra meta (de correr esa carrera) se haya olvidado, simplemente se pospuso porque hay que tener metas acordes a los imprevistos que pueden llegar.
  • i) Date una recompensa cada vez que logres una meta: esto no quiere decir algo costoso o muy grande, sino algo que sea significativo para tí. Puede ser un chocolate, una playera nueva, un masaje…

Tere Zacher | Doctorado en Psicología con especialización en Deporte y Desempeño. Corredora.

Email terederbez@hotmail.com

Facebook https://www.facebook.com/insightfulrunner/